González #540

Las sutiles violencias de la sociedad

Reseña de Los mejores relatos

            Los mejores relatos de Rubem Fonseca son cuentos cortos que narran diferentes historias que ocurren en Brasil y que pueden interpretarse desde varios tipos de violencia. Esto puede verse claramente en el relato de “Feliz año nuevo”, que trata sobre un robo durante año nuevo, y se encuentra más entre líneas en el relato de “Corazones solitarios”que trata sobre el trabajo de un reportero en una revista para mujeres. Lo que resulta interesante de esto es el hecho que, a pesar de que en un cuento es más explícita la violencia que en el otro, la violencia tiene un papel antagonista en las historias siendo más intrínseca y no siendo necesariamente el foco de la historia.

Las violencias encontradas en el cuento de “Feliz año nuevo” son imperativas para la coherencia y fuerza de la historia. En este relato se pueden identificar varias violencias que permean las lógicas de los personajes y que se encuentran impregnadas en su contexto social. Dentro de las violencias encontradas la más prominente podría decirse que es la física cuando violan a la mujer en la fiesta y le disparan a los dos hombres; empero, el relato contiene otras violencias que se encuentran como parte de la sociedad y no como eventos ocurridos en el cuento. Por un lado, está la violencia de clases que podría decirse que es el punto esencial del cuento desde la festividad del año nuevo, “Hijo de puta. Las bebidas, las comidas, las joyas, el dinero, todo aquello eran migajas para ellos. Tenían mucho más en el banco. No pasábamos de ser tres moscas en el azucarero” (Fonseca 150). Lo que resulta interesante de este pasaje es el hecho de que está imponiendo una violencia social desde la perspectiva de “los pobres”; sin embargo, dentro de ese mismo resentimiento se percibe la violencia que es impuesta hacia ellos por parte de las personas de “clase alta”. Por otro lado, dentro de esa misma violencia de clases se encuentra una violencia de género importante, 

(…) ¿ya viste cómo bailan las blancuchas? Levantan los brazos en alto, creo que para enseñar el sobaco lo que realmente quieren enseñar es el coño pero no tienen los cojones y enseñan el sobaco. Todas les ponen los cuernos a los maridos. ¿Sabías que su vida está en dar el coño por ahí? (Fonseca 145, 146)

Estas dos violencias están conectadas permitiendo ver que la violencia de género se encuentra dentro de la violencia social reflejando patrones que presentan la gran desigualdad de la sociedad representada en el relato;  Fonseca hace esa representación no desde una crítica a esa desigualdad, sino presentándola en cuanto a cómo está normalizada.

            Por otra parte, las violencias presentadas en la historia de “Corazones solitarios” resultan relevantes porque exponen las contradicciones de una sociedad. En este relato se puede identificar un violencia de género desde diferentes puntos de vista; por un lado, desde el hecho que en una revista que supuestamente es de y para mujeres, solo trabajan hombres. Por otro lado, el argumento que es usado por el ex-reportero policial para justificar el uso de un pseudónimo masculino en lugar de uno femenino, “¿No te parece que un nombre masculino da más crédito a las respuestas? Padre, marido, médico, sacerdote, patrón, sólo hay hombres diciendo lo que ellas tienen que hacer. Nathanael Lessa pega mejor que Elisa Gabriela” (Fonseca 154). Este pasaje resulta curioso por el hecho que no está necesariamente ejerciendo la violencia de género, sino poniéndola como un justificativo para usar un pseudónimo masculino. Sin embargo, lo que resulta realmente interesante de este relato es cómo a partir de esa lógica de violencia de género dentro de una revista llamada “Mujer”, se transforma en un juego a la lógica de una sociedad conservadora, “Hicimos una mini investigación sobre sus lectores y, a pesar del tamaño reducido de la muestra, puedo asegurarle, sin sombra de duda, que la gran mayoría, la casi totalidad de sus lectores, está compuesta por hombres, de la clase B” (Fonseca 164); este relato, en cierta medida, rompe con la violencia de género o propone otra visión de ésta en la cual no solo los trabajadores de la revista pretenden ser mujeres, sino que demuestra la posibilidad de que quienes enviaban las cartas a la revista fuesen todos hombres y algunos con pseudónimos de mujeres.

            En conclusión, las violencias presentadas en estos cuentos dos no solo hacen parte de los eventos de la historia, sino son aquello que permite crear ese mundo ficticio y comprender la lógica que permea a los personajes. Por otra parte, estos cuentos permiten ver la violencia dentro de la violencia; como cada una se encuentra dentro la otra, revelando las mismas lógicas y patrones de una sociedad y poniéndolas en evidencia. Fonseca logra crear historias en las cuales las sutiles violencias de la sociedad son dejadas en evidencia en ambos cuentos.

Referencias:

Los mejores relatos. Rubem Fonseca, Alfaguara, 1998.

– Alejandra Silva