González #518


Esperando a Hockney (2008, 1 hora 20 minutos), dirigida por Julie Checkoway

Se puede ver aquí >
https://ok.ru/video/2174672636593

Aunque me duela decirlo, no somos mejor que Billy Pappas

Después de haber visto la película de Esperando a Hockey, me queda solo una cosa clara: la manera en cómo vivimos el arte, y más importante, como lo enseñamos tiene que cambiar.

Personalmente lo que más resalto para mí de la película, y de donde partiré para esta reflexión, es la actitud desesperada e inmadura de Billy Pappas buscando la aprobación de David Hockney. Me gustaría abiertamente culpar a Billy Pappas, y a nosotros artistas como el , de ser los responsables de permitir que personas como Hockney arruinen el arte y lo deshumanicen. ¿Por qué la opinión de Hockney es más importante que la de cualquier persona, que la de él mismo Pappas? ¿Por qué el ejemplo que nos da Pappas a otros artistas es glorificar y buscar la aprobación de artistas viejos y pedantes, y no creer en nosotros mismos? ¿Por qué nos muestra que su prioridad más grande es que su obra se haga famosa, y no solo eso, sino no que se la hagan famosa?

Desde pequeños nos enseñan que los que saben de arte son los que pintan y dibujan. Que ser artista se trata de ser perfectos en lo que hacemos. Impecables. Nos enseñan a escuchar ciegamente las opiniones de nuestros profesores y de aquellos que “supuestamente” son mejores que nosotros. Miramos referentes una y otra vez (Kandinsky, da Vinci, Picasso, Monet, etc.). Y, ahora bien, vemos a nuestros artistas contemporáneos perseguir la fama, el dinero, el reconocimiento por algo que solo alimenta el ego. Alguien anónimo una vez escribió “El arte es para hacernos más humanos, no para alimentar el ego”. ¿Deberíamos todos hacer arte para impresionar a nuestro Hockney?

No tengo nada en contra de Hockney, a fin de cuentas, el solo existe y ya. Mi problema es con Pappas y nosotros los artistas jóvenes, porque nos hemos encargado de otorgarle la importancia a personas como Hockney y les hemos alargado su periodo de relevancia. Uno de nuestros muchos retos como artistas jóvenes, es devolver el arte a la gente. Sacarlo de los museos. Borrarle la reputación de inalcanzable. Hacerle al mundo entender que no se trata de la plata y la fama. Nunca es bueno olvidar la historia, pero el peor crimen es tratar de repetirla a propósito. Es hora de que se acabe la academia, los museos como fuente primaria de arte, y los Hockneys.

—Fernando Orozco

¡ESTO ES LA VIDA REAL!

El documental Esperando a hockney en lo personal me parece bastante interesante, principalmente debido a que toda la primera etapa del documental trata sobre Billy Pappas el artista obsesionado con hacer el dibujo mas realista de la historia.

Nos cuentan sus intereses, motivaciones, relaciones personales y todo lo que conlleva su estilo de vida basado en el perfeccionismo y su obsesión casi enfermiza de hacer su arte con el detalle a detalle más preciso, todo esta introducción del personaje nos lleva a incluso sentir algo de empatía y comprensión por lo que hace hasta el punto en que el espectador quiere que al final del día todo acabe bien porque hemos visto como Pappas ha prácticamente dejado de lado el resto de su vida atrás para poder hacer el retrato de Marilyn Monroe y llegar a ser admirado por un enorme referente para el como lo es David Hockney.

En el momento del ansiado encuentro tanto para el espectador como para Pappas, existe un quiebre que refleja en mi opinión el objetivo del documental, pues después de hablar por un tiempo primero la perspectiva que recibe el espectador por parte del protagonista es que todo salió bien y que probablemente valla a continuar por la senda de ser un gran artista con el apoyo de su ídolo, sin embargo cuando oímos la perspectiva de Hockney desde alguien que estaba dentro de la habitación en el encuentro, entendemos que realmente para Hockney el retrato era simplemente eso, un retrato lo cual en el mundo moderno de la complejidad artística que se maneja tanto en mensaje como en forma se nos da a entender que todo el esfuerzo de Pappas nunca fue tangible pues al punto hasta el que llego su obra era prácticamente una fotografía, lo cual hubiera sido muy valioso si precisamente no existiera la herramienta de la cámara fotográfica.

Para mi este punto es el clímax y lo que hace realmente interesante y valioso este documental pues nos recuerdan que esto no es una película donde probablemente la narrativa nos llevaría hasta un final predecible donde el protagonista conseguía su recompensa después de dejar su propia vida de lado para recrear el retrato mas realista de la historia, sin embargo, en este caso, estamos hablando de un documental, una forma artística que estudia la sociología y el comportamiento humana siguiéndolo de cerca y exponiendo realidades. En el mundo real la vida de un artista no es perfecta. Billy Pappas se obsesionó y trabajó muchas horas para lograr un resultado impresionante pero esto no certifica que en el mundo real alguien vaya a valorar tu esfuerzo, la lección es dura pero justa: la vida puede ser difícil y, en el caso del artista, el rechazó es parte del crecimiento.

—Martin Soriano

Reciclando imágenes

Confieso que al inicio de la película creí que sería un falso documental; algo que va más del lado de la comedia que de lo introspectivo y analítico, pero resultó no ser así. Filmado a mano alzada, como Examined life de 2008, es la historia de un talentoso dibujante. La historia de éxito y fracaso de un hombre muy hábil.

Me emocioné al principio con la incógnita del retrato, del tan esperado trabajo que llevaría a Billy Pappas con David Hockney, y posteriormente, a la gloria. Me parecía un recurso narrativo increíble el no poder ver el retrato, y solo poder imaginar cómo podría ser; al igual que en Pulp Fiction con el maletín. A pesar de ello, mis expectativas, así como las de Papas, fueron en decaimiento.

Qué puedo decir… Este hombre es obsesivo, es enfermizo, y no solo eso, es hasta claustrofóbico ver el proceso de este dibujo. Nos cuentan que ha trabajado tanto en “la obra de su vida” que ya hasta el retrato es parte de la familia, y Billy, firma sus tarjetas de Navidad con el nombre de esta mujer junto al suyo. Se desconectó tanto de la vida, de todo fuera de su estudio durante esos 10 años, que terminó trabajando en una imagen que en ese entonces ya estaba más que gastada.

Al final, la película se siente como una palmada en la espalda acompañada por un “todo estará bien”. Es reconfortante si me lo preguntan ver como no tenemos que llevar a cabo una obra maestra a tan corta edad, sin disfrutar de la vida en sí, para llegar al éxito. Fue agradable interpretar que el equilibrio entre la habilidad y la virtud es lo que verdaderamente nos puede llevar a sobresalir por entre los demás miembros de este gremio tan cruel.

No sé si Pappas se equivocó, no se si yo podría aconsejarle algo, pero agradezco que los seres humanos tengamos la característica de aprender de las experiencias de otros para sobrevivir en entornos salvajes. Así que me llevo conmigo una buena recomendación de película, el consejo de disfrutar más allá de la academia y la lección de no darle la última palabra sobre mi trabajo a un ídolo, que podría no ser lo que estoy buscando.

—David Muñoz